9/8/2016

Los 5 principios básicos de 'The Lean Startup'

Por coworkingspain

Aunque en su origen pensada para compañías de alta tecnología, la filosofía conocida como 'The Lean Startup', desarrollada por Eric Ries y Steve Blank en 2008, se aplica en la actualidad a cualquier individuo, grupo o empresa que busca introducir nuevos productos o servicios en el mercado y en especial a las cada vez más numerosas y pujantes startups o nuevas empresas innovadoras.

Hoy 'Lean Startup' es un procedimiento empresarial para acometer el lanzamiento de servicios o productos basado en 3 elementos fundamentales que permiten acortar los ciclos de desarrollo del producto, evaluar el progreso real sin recurrir a indicadores maquillados y ayudar a entender qué es lo que realmente quieren los consumidores:

  1. Aprendizaje validado
  2. Experimentación científica
  3. Iteración en los lanzamientos del producto

Así las startups, que aunque muy innovadoras y emprendedoras suelen ser pequeñas empresas con pocos fondos, pueden planear sus estrategias aprendiendo de sus clientes, sin necesidad de una gran financiación inicial y reduciendo al máximo el coste de lanzamiento.

La metodología 'Lean Startup' se fundamenta en 5 grandes principios:

  1. Los empresarios están en todas partes
  2. El espíritu empresarial es la gestión
  3. Aprendizaje validado por los clientes
  4. La contabilidad de la innovación
  5. Producir – Medir - Aprender

Los empresarios están en todas partes

No hace falta empezar en un garaje, ni ser ingeniero informático, ni tener una gran idea. Solo es indispensable detectar una necesidad y descubrir la manera de solucionarla.

Así, Eric Ries, ingeniero de software, tras algunos fracasos en lanzamientos de empresas, simplemente se planteó la necesidad de hacerlo de otro modo. Además tuvo la suerte de encontrar a Steve Blank, profesor en varias universidades estadounidenses, que había desarrollado la metodología Customer Developmet, centrada en conocer muy bien a los clientes y sus problemas antes de lanzar cualquier idea de negocio al mercado. O el ejemplo de los impulsores de la exitosa web Airbnb para alquilar habitaciones o viviendas en todo el mundo, 2 publicistas sin ninguna experiencia de software que buscaron a un especialista en la materia para llevar a cabo su ambicioso proyecto.

Cualquier persona que está tratando de innovar sin saber lo que va a pasar es un empresario, su empresa es ya un inicio. Y puede estar cerca de ti, necesitar tu ayuda. Tal vez es uno de los emprendedores que comparte tu espacio de coworking.

El espíritu empresarial es la gestión

Una de las razones principales por las que a veces va mal una empresa es porque los inversores no tienen nada más que las herramientas generales estándar de gestión para evaluar el éxito de la puesta en marcha. De este modo se pueden dar 2 procesos contradictorios:

  1. La empresa puede dar dinero mes tras mes desde el principio y así no se puede medir si es correcta la metodología aplicada porque "no se puede discutir con el éxito".
  2. O bien, los fundadores son reemplazados debido a que su estilo parece demasiado caótico, cuando lo que sucede en realidad es que están operando a su velocidad de arranque, difícil de seguir por los inversores que desconocen su genialidad.

Una startup es una institución, no sólo un producto, por lo que requiere un nuevo tipo de gestión orientada específicamente a su contexto.

Aprendizaje validado por los clientes

En el método 'Lean Startup' los ingresos por si solos no son un objetivo suficiente. Centrarse en exclusiva en alcanzar la financiación adecuada puede conducir al fracaso con tanta seguridad como ignorarlo por completo. Lo que importa es demostrar la viabilidad del modelo de negocio de la compañía, lo que los inversores llaman 'traction'. La demostración de 'traction' es el verdadero propósito de los ingresos en una empresa de crecimiento temprano o startup.

Pero hay que ir más allá. Hay que aprender a incrementar las audiencias renovables teniendo en cuenta los datos recopilados sobre los consumidores y su nivel de satisfacción con el producto. Asimismo hay que estimar con la precisión adecuada la amplitud real del mercado para el producto en su forma actual y futura. Aunque en una microescala, el aprendizaje validado nos permitirá una buena posición para conseguir inversores deseosos de participar en el crecimiento esperado.

Algunas de las preguntas clave que debemos plantearnos para el éxito son: ¿la rentabilidad está en función de cada cliente? ¿Cuál es el mercado total disponible? ¿Cuál es el retorno de la inversión en la adquisición de nuevos clientes? ¿Cómo los clientes actuales responderán a nuestro producto con el tiempo?

Pero el 'aprendizaje' es una cosa difícil de cuantificar, por lo que el adjetivo 'validado' es tan importante. La validación del aprendizaje se presenta así en forma de datos que demuestran que los principales riesgos en la empresa han sido abordados por el producto actual

La contabilidad de la innovación

Para mejorar los resultados empresariales y para sostener a los empresarios responsables, tenemos que centrarnos en la materia aburrida: ¿cómo medir el progreso?, ¿cómo priorizar el trabajo?, ¿cómo definir las fases de lanzamiento?. Ello requiere un nuevo tipo de contabilidad, específico para los arranques. Hay que abandonar las engañosas 'métricas de tocador' y sustituirlas por las 'métricas accionables' o 'contabilidad de la innovación' para medir el progreso real.

Producir – Medir - Aprender

La actividad fundamental de una startup es convertir ideas en productos, medir cómo responden los clientes y aprender si hay que perseverar o tomar otro camino. Un proceso de inicio exitoso deberá orientarse para acelerar este sistema de retroalimentación.

Y no debemos esperar a conseguir el 'producto perfecto', solo es necesario que sea 'lo suficientemente bueno'. El caso más conocido es el lanzamiento de Google Maps: el equipo de desarrollo presentó a la alta dirección un proyecto innovador, pero que solo era un prototipo temprano. Dice la leyenda que Larry Page, o Serguéi Brin, se limitó a decir:es ya lo suficientemente bueno. Que navegue” ("it is already good enough. Ship it").

Nace así el concepto de 'producto mínimo viable' que es la versión de un nuevo producto que permite a un equipo recoger la máxima cantidad de aprendizaje validado con el menor esfuerzo. Es un intento de conseguir nuevas empresas para simplificar, pero no es en si mismo un concepto simple. Será necesario conocer qué características son esenciales y a por cuáles hay que ir.

Y no hay una fórmula, se requiere un juicio. Por eso es necesaria la metodología 'Lean Startup'.