A las afueras de Valladolid para salvar el tráfico en hora punta o la búsqueda infinita de aparcamiento. Una zona libre de ruidos, contaminación… (y estrés).
Un universo de zonas verdes donde no existen los antiguos
despachos acristalados, cuyo uso puede ser desde trabajar con tu ordenador, disfrutar de un taller de manualidades o realizar una interesante cata en el comedor.