“No. No puede ser. ¿Esto que suena es el despertador? Sí. Imposible”. ¿Cuántas veces al año tenemos esta conversación con nosotros mismos? Esto de madrugar es duro y lo peor es que no resulta una cosa esporádica, sino más bien habitual. Son muchos los días que el deber nos llama y al que tenemos que responder. El trabajo es básico en nuestras vidas, pues le dedicamos gran parte de nuestra existencia. Por este motivo, es fundamental estar a gusto con lo que haces y hacerlo en un espacio que te haga sentir bien.
Hasta aquí supongo que todos coincidimos, pero en realidad, ¿valoramos el entorno de trabajo en el que pasamos tantas y tantas horas? Párate un segundo. Mira a izquierda y a derecha, arriba y abajo. ¿Te gusta lo que ves? ¿El azul del techo te inspira tranquilidad y no eras consciente de ello? Muchas veces no nos paramos a observar nuestro espacio laboral y en la mayoría de casos nos influye. Verás por qué no nos equivocamos…
Luz. Puede que sea el elemento que más nos condiciona. Uno de los últimos estudios sobre la iluminación en el trabajo, obra de los científicos holandeses Wout van Bommel y Gerrit van den Belt, apunta que mantener una iluminación adecuada al tipo de trabajo aumenta la productividad hasta en un 20% y reduce las bajas laborales.
Tranquilidad. Dicen que la tranquilidad es una de las claves de las buenas relaciones humanas. Cuando en un espacio con varias personas se respira tranquilidad, los empleados se sienten más seguros y pueden desarrollar al máximo su potencial. Cuando hablamos por teléfono en medio de un partido de fútbol, tenemos que esforzarnos más para oír y que se nos oiga, ¿no? Pues en un entorno ruidoso y alterado, el grado de concentración es menor y el sobreesfuerzo, mayor.
Buena conexión. Sin internet no vamos bien. Antes de escoger un espacio de trabajo, infórmate de la clase de conexión que tiene, pues es fundamental poder hacer uso sin problemas de la red. Puede que no tanto como comer, pero tener una buena conexión a internet se ha convertido en primera necesidad. Por el bien de tu trabajo y por el de tu salud, haznos caso.
Buena desconexión. Por cada hora de trabajo, tienes que descansar cinco minutos y no puedes tener delante la pantalla del ordenador cuando te propongas hacer una pausa. Por esto, es indispensable que en el espacio donde trabajes haya una sala de descanso para desconectar y donde puedas charlar con otros compañeros.
Ambiente.Buena decisión la de buscar un espacio de trabajo que no sea tu hogar, pues sentirse solo es de las peores sensaciones que existe. El coworking nació con la filosofía de sentirte parte de un grupo, de tener compañeros de trabajo y por este motivo, tener un buen ambiente entre los coworkers es uno de los elementos más importantes para decidir qué espacio será donde pasarás una tercera parte del día.
Sí, el microondas, el baño, la lámpara del escritorio, la mesa, la silla, la impresora, la calefacción… Ya sabemos que todo esto es necesario, pero queremos recordarte que los cinco elementos que te hemos propuesto son los ingredientes principales del pastel. Cierra los ojos e imagínate tu espacio de coworking ideal. No nos lo digas: ¿hay luz, se trabaja tranquilo, tienes una buena conexión a internet, una sala de descanso con sofá y unos compañeros con los que te diviertes y cuentas las anécdotas del fin de semana?