El coworking no podría existir sin el fin último del intercambio de ideas y conocimientos, siendo una de los atributos más importantes, permitiendo establecer sinergías entre profesionales.
Este hecho, se da gracias al alto nivel de colaboración que existe entre los miembros de los centros, estableciéndose como uno de los valores centrales de toda cultura coworking.
Gran parte de los profesionales que inician algún tipo de proyecto, presentan carencias en áreas que escapan de su formación. El coworking ayuda a estos emprendedores a crear lazos empresariales, formando importantes redes de contacto y complementando su formación con las aportaciones de otros socios.
Unas veces estos contactos sirven como apoyo o ayuda para el desarrollo del proyecto, pero otras veces la colaboración entre los miembros desemboca en nuevos socios que aportan su conocimiento e ideas al negocio ya existente.
Al igual que están cambiando los modelos de negocio, también están cambiando las formas en las que se formaban las sociedades. Antes se tenía una idea y se buscaban socios en el entorno más cercano, contratando servicios externos para suplir las carencias.
Actualmente existen otras herramientas, los coworking son lugares idóneos para la búsqueda de socios. Allí encontrarás a expertos en hacer webs, en marketing, en comercio internacional, entre otros, y todo ello sin salir de una oficina. ¿Qué más se puede pedir?
