Una de las principales ventajas del coworking es el contacto con otros profesionales. La oportunidad que ofrece al trabajador independiente de compartir su experiencia laboral con otras personas. Sean de su misma profesión y de otras distintas.
La comunidad es el motor que impulsa el coworking. Es sin duda uno de sus mayores atractivos. Trabajar de esta manera ayuda a romper el aislamiento en el que, por cuestiones de trabajo, se encuentran muchos profesionales independientes. Además facilita el “feedback” multidireccional entre los miembros de esta comunidad. Fomentando así el surgimiento de la creatividad, el florecimiento de nuevas ideas y la colaboración interdisciplinar a través de las sinergias que surgen en el día a día. Sinergia. Una palabra de moda y que resume muy bien la filosofía del coworking.La comunidad se convierte en un valioso activo, más allá del hecho de estar acompañado mientras tomas el café. Que se agradece. Ya que somos seres sociales y funcionamos mejor en grupo, acompañados.
¿Cuantas brillantes ideas se quedan en el tintero por no haber tenido el apoyo, la crítica o la ayuda que otras personas proporcionan? Avanzamos formando parte de un grupo, en comunidad.
Desde el principio de la humanidad hemos formado comunidades para progresar. Trabajar bajo la modalidad de coworking da la oportunidad de volver al seno de la comunidad y mirar hacia el futuro rompiendo con la tendencia individualista que en ocasiones pondera.
