Indudablemente nos estamos dirigiendo hacia un nuevo e innovador modelo de empresa: la valiosa aportación de la filosofía “coworking” en los nuevos sistemas de trabajo.
Los cambios sociales y económicos, la “hiperconexión”, fruto del avance de las nuevas tecnologías y la era 2.0, y las nuevas formas de trabajo en las compañías son algunos de los temas abordados por Richard Collin, de La Fonderie, agencia regional del desarrollo de las TIC, en su intervención en la Conferencia Europea de Coworking, celebrada en París el pasado mes de noviembre.
Tal y como Richard Collin señaló, es innegable que el desarrollo y generalización de las nuevas tecnologías ha propiciado una realidad en constante cambio, en la que industrias y sistemas económicos se ven obligados a reinventarse. Ni como profesionales ni como ciudadanos estamos únicamente vinculados al ámbito geográfico en el que vivimos; las nuevas tecnologías, en continuo y veloz avance, abren nuevos canales de comunicación a través de nuevos dispositivos y nos dan la oportunidad de acceder a información procedente de todo el mundo. El desarrollo y penetración de Internet ha cambiado nuestra forma de percibir la realidad, de acceder a la información y también de interpretarla: no leemos de la misma forma ni nos expresamos igual. Tampoco nos relacionamos como antes: la posibilidad del contacto inmediato y el acortamiento de la distancia geográfica determinan nuevas formas de conversar, y multiplican las posibilidades de comunicación, aumentando el número de interlocutores con los que intercambiamos información y experiencias. Sin embargo, todos estos cambios no constituyen un punto de inflexión: más bien reflejan el inicio de una nueva era que previsiblemente estará en un proceso perpetuo de metamorfosis, en el que los cambios se producirán aún a más velocidad.
En este contexto social, cambiante e inestable, surge una nueva economía creativa, caracterizada por el consumo colaborativo, de la que Richard Collin también habló en su presentación. Podríamos referirnos al fenómeno “Co” como impulsor de nuevas estructuras de trabajo: así co creación y colaboración son conceptos que surgen como motores de cambio para los nuevos sistemas, en los que la figura del “jefe” queda ahora obsoleta y es desplazada por el “motor”. Las nuevas estructuras, horizontales y colaborativas, exigen la reinvención del “management” tal y como lo hemos entendido hasta ahora. La empresas han de poner el énfasis en la dirección, dando especial importancia a la planificación individual dentro de la compañía. Conocimiento y “know how” dejan de ser un patrimonio privado, que resulta inservible si no se comparte. Un profesional no sólo sabe y hace; sino que también colabora, por lo tanto su valor viene marcado por su aportación a cada proyecto y a la organización. Ya no eres sólo lo que sabes: eres lo que compartes.
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