Aunque para muchos este término puede resultar novedoso, ya por el año 1985 el investigador Gifford Pinchot lo definió como, “aquellas personas que son capaces de desarrollar un comportamiento emprendedor, bajo el respaldo de la empresa, a través del descubrimiento, evaluación y explotación de nuevas oportunidades de negocio”.
Años más tarde, en 2016, José Manuel Vega define el intraemprendimiento en su libro titulado Intraemprendedores. Reinventa tu empresa con espíritu start-up como “la colaboración entre un emprendedor y su empresa, que le permite desarrollar proyectos propios, independientemente de su puesto de trabajo, de cuyo resultado a veces surge un proyecto comercial”.
A pesar de haber pasado más de treinta años entre una definición y otra, pocas diferencias encontramos a parte del hecho de que se hable de la creación de proyectos comerciales independientes de su puesto.
Si bien ya existe este concepto desde el siglo XX es ahora cuando se está comenzando a desarrollar en las empresas, propiciado por la era digital e innovadora en la que nos encontramos, en la cual las empresas necesitan explotar sus propios recursos humanos para marcar la diferencia frente a sus competidores.
Pinchot (1985): “Método para usar el espíritu emprendedor en las grandes organizaciones, donde se encuentran muchas de las mejores personas y recursos.”
Cómo es un intraemprendedor y qué le diferencia de un emprendedor
No existe una lista de atributos los cuales debe cumplir una persona para ser considerado un intraemprendedor, pero sí que Davis K.S. en su artículo titulado Decision criteria in the evaluation of potential intrapreneurs, ya le atribuyó una serie de cualidades, como por ejemplo: Inspirador, persistente, entusiasta, ambicioso, creativo o aquel que se aburre con tareas monótonas.
La figura del emprendedor comparte muchos de estos valores antes nombrados, ambos se parecen en que son personas que buscan permanentemente el cambio y no lo perciben como algo negativo. No tienen miedo a decir lo que piensan y a saltarse la burocracia imperante, pero en el caso del intraemprendedor siempre manteniendo el orden y el compromiso con su organización, de acuerdo con Giancarlo Falconi, miembro del Programa de Emprendimiento iLab de la Universidad de Piura.
Existe una diferencia clara entre ambos perfiles, y es que el intraemprendedor tiene el respaldo de una organización, es decir dispone de recursos económicos y humanos para desarrollar proyectos innovadores. Sin embargo, el emprendedor en la gran mayoría de las ocasiones no dispone de recursos suficientes para llevar a cabo su idea de negocio y empieza por algo más pequeño y casi siempre los que utiliza son propios.
¿En qué le beneficia a una empresa?
Muchos son los beneficios que el intraemprendimiento reporta a las compañías, pero aquí te vamos a mencionar algunos de los más importantes.
Despierta el espíritu emprendedor. Cuando existe un intraemprededor en la plantilla, el resto de trabajadores van a sentirse atraídos por esta práctica y van a querer formar parte de este modelo innovador, aumentando su compromiso con la empresa.
Mayor eficiencia. La mayoría de las empresas gastan grandes cantidades de recursos en el desarrollo de tareas que ya no resultan productivas. Gracias a este nuevo modelo muchas de estas actividades pasarán a mejor vida y serán modernizadas, ofreciendo la máxima eficiencia posible.
Amplía horizontes. El intraemprendimiento permite a las compañías utilizar sus recursos propios para llevar a cabo negocios diferentes a los ya existentes, explorando nuevos campos de acción.
Adiós a lo obsoleto. Este tipo de figuras dan la oportunidad a las empresas de romper con las estructuras tradicionales e innovar, haciéndolas mucho más competitivas. El intraemprendimiento les permite regenerarse a través de estos trabajadores que aportan creatividad e inconformismo. Estas personas saben cómo sacar el máximo beneficio a los avances tecnológicos.
Cómo fomentar el intraemprendimiento
Nacho Pinedo, CEO de ISDI, durante una entrevista concedida al periódico ABC afirmó que “El intraemprendimiento no va a suceder si la dirección no quiere. Es necesario fomentar la creatividad de arriba a abajo ya que es difícil que el empleado por sí solo dedique su tiempo a estos proyectos. Hay que crear las condiciones y otorgar incentivos”.
Bien es cierto que este modelo no se puede llevar a cabo si los dirigentes de la compañía no incentivan a los empleados a desarrollar su faceta de emprendedor, ya que, de no ser así, estos se verán cohibidos. ¿Cómo puede ayudar la empresa a que tengan iniciativa propia?
Crear un programa de intraemprendimiento. Es fundamental que la empresa cree una atmósfera en la que los empleados se sientan apoyados para el desarrollo de nuevos proyectos. Lo ideal es que se creen programas estructurados para que exista una metodología interna y que no reine el caos.
Tiempo para el desarrollo de ideas. En muchas ocasiones lo que falta para el desarrollo de proyectos no son recursos sino tiempo, por ello es fundamental que los empleados dispongan de un espacio durante su jornada que puedan dedicarlo a la innovación.
Reconocimiento. Otro aspecto muy importante para despertar en los trabajadores ese espíritu emprendedor, es que sientan que su esfuerzo merece la pena, es decir que se les reconozca su labor.