Si has llegado a este artículo esperando encontrar una vacuna contra el bloqueo creativo, siento decirte que aún no la han inventado, y creeme la he buscado. Lo que sí te daré es un antídoto al que recurrir cuando esta situación de bloqueo se apodere de ti. Porque a todos nos pasa y cuando antes asumamos que así será, más preparados estaremos para salir airosos, y sobre todo lo antes posible. Se trata de algo cíclico, inevitable, y mucho más habitual de lo que nos gustaría.
Ha sido tema protagonista en cientos de artículos, y grandes autores ya dedicaban su tinta al temido bloqueo creativo. El gran Bukowski nos revelaba una gran verdad: “El bloqueo creativo nunca es totalmente infranqueable, sobre todo con las herramientas adecuadas.” Puede que se nos resista en un principio, y nos preguntaremos tantas cosas: “¿Por qué a mí y por qué ahora?, ¿Qué hago?” Pero hablando de preguntas, si cuando nos las planteamos, las respuestas no llegan, yo lo tengo claro… ¡Cambia las preguntas!
Dicho esto, el bloqueo creativo, sería la pérdida temporal de la capacidad de crear, crear algo original y novedoso, para ello necesitamos ideas, y éstas requieren toda nuestra atención. Por lo que, nuestro primer consejo sería, cubrir las necesidades más básicas, cosas que posponemos por la presión de concluir cuanto antes la misión de alcanzar la idea perfecta. Si tienes sueño, descansa, y si tienes hambre, haz una pausa y come, incluso te recomiendo que pruebes a hacer esta receta que tantas ganas tenías de probar.
Y con esto hilamos al que sería nuestro segundo consejo, la inspiración puede llegar en cualquier momento, y hacer cosas a las que no estés acostumbrado y que salen de tu zona de confort, es el ejercicio perfecto para que tu cerebro en su fase de bloqueo se despeje de la manera más creativa, y juntos empecéis a trabajar mano a mano, al más puro estilo lluvia de ideas.
El famoso ilustrador Marc Johns sugería apagar el perfeccionismo y escribir absolutamente todas las ideas que tengamos. Resulta paradójico, ya que la palabra idea suele estar asociada en nuestra mente con esa bombilla que se ilumina de repente sobre nosotros. Pues así es, la mayoría de la ideas las desechamos antes de que lleguen a consolidarse. Y lo que en principio puede resultar absurdo más tarde se puede convertir en la pieza clave de un puzzle sin sentido. No te exijas demasiado, escribe, todo aquello que llegue a tu mente, dedícale el mismo tiempo, sin discriminar. Puede que el problema sea que nos obcecamos en alcanzar esa idea perfecta que solucione todos nuestros problemas, sin darnos cuenta que lo que lo solucionará sea una suma de todas ellas.
Nuestro principal enemigo en este tipo de situaciones es la obstinación, esto es, mantener una idea u opinión excesivamente firme, generalmente poco acertada y sin tener en cuenta otra posibilidad. No te aferres a la primera idea, eres mucho más capaz que todo eso. Cuando necesites nuevo contenido, consumelo en vez de generarlo. Dicho esto, nuestro consejo sería, que no tengas ideas como escritor, como pintor o como diseñador, así es, te animamos a fingir ser otra persona, ponte en el papel de alguien que no sabe sobre el tema, olvídate de la parte técnica, y pregúntate a ti mismo qué pensarías tú si no supieras todo eso, que ocupa tu mente, que la bloquea y que en definitiva no te deja avanzar. Incluso, puede resultar divertido, y hasta puedes que descubras tu verdadera vocación, ¿quién sabe?
Te parecerá una locura, pero la ignorancia es atrevida. Está libre de barreras y sobre todo de miedo a la equivocación. Así que si estás en esa espiral de bloqueo, te deseo que seas el ignorante con menos miedo y con las mejores ideas del mundo.