Artículo de J. Estevan Mucientes alias @mediotic amigo y coworker y publicado en su blog " unadocenade.com", y publicado en CowokingSpain por Bea Guilarte.
Pues sí. Tres años después de empezar en esto del freelanceo y currar erráticamente desde mi casa me he propuesto cambiar algo. Simplemente probar, pero oye que después de dos semanas puede que igual dé el paso definitivo.
1. Estableces una rutina
Bueno, en realidad ya la tenía. Empezar a currar entre las siete y las ocho de la mañana hasta la hora de comer, con varias pausas e interrupciones y posteriormente por la tarde otras tantas horas hasta bien entrada la noche, porque soy animal nocturno y siempre que tengo que escribir algo lo hago por la noche. Bueno, pues igual después de tanto quejarme de los horarios de mierda que tenemos en España va siendo hora de aplicarse el cuento, y generar una rutina de trabajo también ayuda a separar algo la vida personal y la profesional, especialmente para quienes trabajamos desde casa o en un tren o en un autobús o de camino a cualquier lado.
2. Te obliga a salir de casa
¿Te encuentras con el pijama o la ropa de dormir (o la de andar por casa si duermes en pelotas) a la hora de comer? ¿Te da pereza ver la luz del sol? ¿Tienes menos color que los vampiros de Crespúsculo a pesar de que ellos van al instituto de día? Pues no. Hay que salir. Aunque sea a dar una vuelta por los alrededores del barrio. Pero si te vas a un espacio de coworking, pues mejor que mejor.
3. Conoces gente
Pues sí, porque además pueden surgir oportunidades de negocio, fumar un cigarro o simplemente conocer a esa persona que lees desde hace un tiempo en Twitter y con la que te echas unas risas o la lees porque postea cosas interesantes. Eso también es bueno, porque no vamos a estar todo el día en nuestra puñetera zona de confort, que somos mayorcitos.
4. Puedes mejorar tu productividad
De momento lo he conseguido. En un par de horas por la tarde puedo tener finalizado el trabajo pendiente de por la mañana y planificar el día siguiente o incluso la semana completa si lo haces el viernes por la tarde o un fin de semana (que es cuando suelo aprovechar más, sobre todo para tareas pendientes que no son urgentes, las cosas como son). Pero además es que al estar en un espacio de trabajo no tienes las típicas distracciones de casa y cuando empiezas una tarea la acabas. Doy fe.
5. Es más barato que una oficina
Tal y como. Y, de hecho, más barato que muchos espacios de oficinas o centros de negocios (aunque éstos suelen dar acceso a más servicios como centralita, desvío de llamadas, fax…). Tienes varios servicios incluidos en el precio (sobre todo Internet, pero en algunos otros sitios podrás tener incluso teléfono, impresora, etc) con lo que las preocupaciones que tendrás serán mínimas. Y si hay algún problema, siempre habrá un equipo detrás para solucionarlo.
6. Es formal a la par que informal
Que quieres ir en bermudas a trabajar. Claro, sin problema. Que tienes que ir con traje y solicitar una sala para reunirte con un cliente, claro que sí. No habrá ningún problema, nadie te mirará raro y encima tendrás un espacio más o menos fijo para hacer esas cosas que igual en tu casa no vas a poder hacer porque el sofá no está precisamente para enseñárselo a nadie o porque vives donde Cristo dio las tres voces.
7. La flexibilidad mola
Yo he empezado con un plan de tarifa plana que tenían en el Coworking Café de Valladolid de tal manera que puedo venir cuando quiero y a la hora que quiero. Pero si lo que necesitas es salir de casa unas cuantas horas a la semana, también puedes hacerte tu propio tiempo y pagar en consonancia, claro. Como este mes tenía que viajar menos (en teoría porque en la práctica ya llevo unos cuantos kilómetros a mis espaldas), pues he aprovechado y me he puesto en ese plan. Que luego me toca viajar mucho más, pues habrá que mirar otro, aunque hay que reconocer que poder venir los fines de semana, puede estar bien.
8. Aprendes
Por lo pronto, ya he asistido a un taller para aprender a usar Anfix, esta semana hay un taller de WordPress que ha organizado Luis Ángel Mendaña y alguna cosilla fijo que me animo a organizar yo aunque sea en septiembre de ésas cosas raras que yo sé, también conocido como sánscrito o cosas de putos frikis. Pero es que también ha habido talleres de fotografía, de crafty… Y más cosas que habrá, claro. Porque un espacio de coworking también mola lo que molen quienes lo lleven, y en este caso hay muchas ideas locas por ahí pululando
Ah, por supuesto, si tienes cualquier duda, dependiendo de la gente que haya por ahí, seguro que alguien te lo puede solucionar.
9. Hablas con gente
¿Te has encontrado alguna vez hablando con la pared? ¿Gritando al ordenador? ¿A la lavadora porque ha acabado el lavado dos minutos antes de una videoconferencia importante? ¿Hablas solo? ¿No hay nadie al volante? Pues eso, que aquí puedes hablar con la gente. Y, ojo, hablar con la gente es un paso más sobre el punto 3, que yo también tengo mucha tendencia a estar con mi música a mi bola durante horas y horas.
10. Participas en algo más que en lo tuyo
Si además de lo típico que hay, te encuentras con cosas como un TEDx pues buscas participar, claro. Que no quede por tener tiempo ocupado. Total, dormir es de mala educación o algo. Ya no te digo descansar. Pero para los que nos va la marcha, echar una mano o meternos en el fango hasta el cuello es nuestro día a día, así que por qué no liarse un poco más. Ah, y con retorno al punto 8: a seguir aprendiendo.
11. Mejoras tu salud
Pues sí, porque además me he sacado el bono de Vallabici (somos así de imaginativos en aquesta ciudad) así que en cuanto haya temperaturas decentes, a ir y venir en bici. O andando, que también me va a venir bien porque me movía menos que Don Pimpón en una cama de velcro. De la cama al ordenador y del ordenador al sofá… con el ordenador. Así andamos luego, aunque para mi rodilla la verdad es que el reposo me ha venido de lujo.
12. Curras como en casa pero fuera de casa
En algunos hay cocina. En otros hay un frigo y máquinas de café. Los hay mejor y más preparados y otros más sencillos. Pero lo que sí hay que reconocer es el esfuerzo para que se cree un espacio de trabajo en el que encontrarse cómodo rápidamente y siga con su trabajo sin problema.
Así que si lo estás pensando, no lo hagas mucho más y anímate al coworking.
Y no, por mucho que algunos se empeñen, compartir gastos de una oficina no es coworking. Es compartir gastos de una oficina.