19/5/2012

Coworking como entorno de innovación

By coworkingspain

Ponentes

  • Félix Lozano.
  • Josep Lluís Sánchez
  • Javier Catalá.

Moderador

  • Marcus Hurst

 

Hoy en día son muchas las empresas que, para fomentar la innovación, crean equipos de trabajo de una forma “artificial”. En los espacios de coworking sin embargo esto parece suceder de una forma natural. La relación de profesionales de distintas disciplinas favorece la diversidad de pensamiento pero… ¿hasta que punto estos entornos pueden fomentar la innovación? Con esta pregunta Marcus Hust, redactor jefe de la Ling Magazine, abría la mesa dedicada al Coworking como entorno de innovación, que contó con Felix Lozano, Careholder de HUB Madrid; Josep Lluís Sanchez: de la iniciativa Co-Society, orientada a potenciar la colaboración entre empresas; y Javier Catalá, cofundador de Codecantor.com.

Según Félix Lozano, si las tendencias colaborativas generan comunidad, es lógico pensar que fomenten la innovación. Y es que la exigencia de adaptarnos a un punto de vista distinto exige una mayor flexibilidad, algo importante en el caso de los profesionales autónomos, y crítico en el caso de las empresas: “El esfuerzo que tiene que asumir una empresa para co-trabajar con otra exige un cambio de mentalidad tan grande que ayuda a que la innovación entre en la organización.

Por lo tanto "el camino de co innovar fomenta la innovación”, añadía Josep Lluís Sánchez. Además, el coworking como tendencia colaborativa también puede impulsar la relación entre entidades de distintos tamaños, algo enriquecedor para ambas partes: la gran empresa puede así obtener una visión distinta de la pyme y/o el emprendedor y los emprendedores acceder a una visión de gran empresa.

No obstante, retomando el concepto de coworking no sólo como un espacio, sino también como una red para crear sistemas que alumbren nuevos procesos innovadores, es fundamental que los profesionales se conozcan. En este sentido, Felix Lozano destacó como filosofía de trabajo en Hub Madrid la llamada “art of hosting” a través de la cual todas las personas que están en el espacio de trabajo se convierten en anfitriones, con el fin de que la persona que llega se integre rápidamente y así cuanto antes se creen sinergias. Estas sinergias pueden ir más allá de los propios centros de coworking y tener un alcance internacional gracias al intercambio de puestos entre espacios. Un ejemplo de ellos es la comunidad Coworking Visa, un programa con más de 300 centros que en principio posibilita ir a cualquier otro centro que sea parte de la red durante 3 días. Quienes estén interesados en una estancia más larga tendrían que hablarlo con el espacio en concreto. Este tipo de posibilidades vienen a desvincular la intercionalización como algo exclusivo de la gran empresa: ahora puede ser una actitud individual. En el ámbito empresarial, esta dimensión internacional adquiere aún mayor protagonismo, ya que encontrar foros de debate multisectorial con compañías que demuestren voluntad de colaborar no es habitual, por lo que la posibilidad de crear una red colaborativa a nivel internacional es algo que tiene bastante valor.

También se habló de algunos retos a los que se enfrentan estos entornos, como es el caso de que no exista una metodología en cuanto a cómo trabajar de forma colaborativa: algo desconocido entre personas, pero que todavía es más difuso entre empresas, explicó Josep Lluís Sánchez. Como parte de la voluntad de elaborar metodología, desde la iniciativa co-society han desarrollado un pequeño trabajo enfocado en el análisis de modelos de colaboración empresarial. Se analizaron desde modelos poco colaborativos, como sería un clúster, que lo que hace es defender modelos sectoriales, hasta otros modelos muy rompedores. Por ahora han detectado unos 47 entornos y el universo es infinito. “Escarbamos una montaña y no tenemos ni idea de lo que somos capaces”, explicó Josep Lluís Sánchez.

Otro de los obstáculos de los que más se habló fue de las figura legal óptima para las colaboraciones entre profesionales: al tratarse de colectivos en lo que los profesionales se asocian según los proyectos no parece haber un modelo óptimo que facilite este tipo de procesos. Javier Catalá señaló la cooperativa como el modelo más eficaz de los existentes: “Se trata de una figura olvidada pero bastante funcional”, explicó.

Más allá de una nueva forma de entender la forma de trabajo, el coworking puede verse como un entorno que reinventa el sistema en el que vivimos. La tendencia colaborativa se presenta así como una herramienta que desmitifica la figura del genio solitario para ensalzar el valor del grupo. Un cambio de mentalidad que Félix Lozano señaló como positivo y que ligó al concepto coworking: “La representación más clara de la filosofía de trabajo asociado o de cooperativismo podrían ser este tipo de entornos”.