5/6/2014

Día 2 Mesa 1: El nuevo paradigma laboral

By coworkingspain

La crisis estructural que atraviesa el capitalismo nos obliga a cuestionar la realidad que hemos conocido. No hay duda de que el sistema económico y la sociedad atraviesan una era de cambio que previsiblemente afectará al paradigma laboral tal y como lo entendíamos hasta ahora. Éste fue el tema sobre el que conversaron Sergio Fernández (Pensamiento positivo), Stefano Borghi (Copass) y Krloos Rivera (Las Naves) en un debate moderado por Mikel Oleaga (impact Hub Madrid) con el que se abrió la segunda jornada de la Coworking Spain Conference 2014.
Nuevos valores en una nueva era
El fin del mundo laboral que conocíamos es una realidad que ya forma parte del presente, y que según Sergio Fernández, constituye una prueba definitiva de que el capitalismo ha terminado. En una era en la que lo multitudinario se impone a lo masivo debido en buena parte al desarrollo de los medios sociales, el capitalismo ha sido desplazado por el talentismo; o lo que es lo mismo, el talento hoy en día es más escaso que el capital. "El principal medio de producción social es el cerebro. Es como si en la era agraria todo el mundo hubiera nacido con un latifundio, o como si en la era del capitalismo todo el mundo hubiera nacido con dos fábricas. El problema es que no somos conscientes; aún seguimos empeñados en vivir en la era antigua", explica Sergio. Una premisa optimista para plantear una nueva realidad a los profesionales en la que acomodarnos en la tan nombrada zona de confort no tiene cabida si queremos desarrollarnos profesionalmente. Hasta ahora como trabajadores estábamos acostumbrados a abordar nuestras obligaciones profesionales en el día, para dedicar nuestro tiempo libre a nuestras aficiones, pero ahora ya no hay trabajos, sino proyectos. "Vales profesionalmente tanto como vale tu último proyecto. Lo importante es cuantos proyectos nuevos tienes entre manos. Y además debes ser consciente de que alguien hará eso más barato que tú, por lo que no debes quedarte ahí". La idea de continua renovación implica también el fin de la obsesión por la titulación: la cuestión es la capacitación, lo que exige una formación continua. Otro cambio que Sergio señala es el fin de los “clientes” para encontrarnos con miembros de tribus; personas que están apasionadas por lo que haces y desean adquirirlo. Esto repercute también en la búsqueda de empleo y los perfiles más buscados: no podemos ser generalistas, necesitamos saberlo casi todo de un área muy pequeña para así poder generar servicios y productos innovadores y muy genéricos, pero dirigidos a un grupo muy concreto. Hablamos de productos de tribu, por tanto.  La producción no puede basarse en la repetición, sino en la innovación. Y no es algo negativo, muy al contrario, podemos y debemos preguntarnos: "¿Cuáles son mis dones y cómo puedo ponerlos al servicio de los demás?"
La pasión: ese combustible inagotable
Esbozado este escenario es lógico pensar que la pasión es lo que inspirará a las personas. "El concepto de tribu viene precisamente de la pasión. Es esto lo que moverá a usuarios y emprendedores", matizó Stephano Borghi. ¿Era por lo tanto necesario este cambio laboral? ¿Por qué se ha generado? Krloos Rivera alude al amor por aquello que hacemos. Cada vez son más personas las que no quieren trabajar toda la vida en algo que no les gusta, sino que quieren dedicarse a aquello que les apasione. Esto hace que vida y trabajo se mezclen hasta tal punto de que nuestra ocupación sea una parte fundamental de nuestra vida: se entrelazan así los aspectos vitales con los laborales. La crisis ha llevado a la mayoría de profesionales a hacerse esta pregunta. "Hasta que no se han sentido realmente incómodos y han salido de su zona de confort no han empezado a actuar. En este sentido, es posible que la crisis haya sido una forzosa e incómoda motivación", firma Rivera.  Una situación que a la vez nos abre un enorme abanico de posibilidades. La experiencia de trabajo y de vida aportan valor. Un ejemplo lo constituye el turismo. Y es que ya no viajamos igual que antes. "El objetivo no es sacarse fotos en sitios de interés, sino vivir nuevas experiencias, integrarse en nuevos entornos sociales, conocer otras tribus", apuntó Stefano Borghi. 
El coworking como adalid del nuevo paradigma laboral
La aportación de los espacios de coworking a este nuevo paradigma, más colaborativo y mestizo, es clara. Para Sergio Fernández, constituyen la primera prueba de que la empresa tal y como la conocemos, ha terminado. "Hay dos conceptos que se quedan anticuados en este mundo: el de red y el de nación. Los espacios de coworking permiten visualisar lo que siempre hemos sido: seres humanos colaborando para sacar proyectos adelante", explica.  Pero además, son viveros eficaces para desarrollar nuestro talento y vocación. La voluntad de hacer cosas nuevas y de crear lleva a los profesionales a buscar espacios inspiradores, en los que puedan encontrar a otras personas que trabajan en sus pasiones, tienen una nueva forma de pensar y comparten otros puntos de vista, no sólo laborales, sino vitales. Funcionan como auténtica puerta de entrada a otras realidades, algo de gran valor cuando viajas. "Recomiendo a cualquier persona que viaje que visite un centro de coworking: es la mejor forma de entrar de lleno en un país", afirma Stephano Borghi.. 
Ante un mundo que parece cambiar a ritmo de vértigo…¿qué podemos hacer para cambiar nosotros? ¿Nos hemos quedado atrás? Ni mucho menos. “Cuando decimos que hay un mundo que está cambiando es porque nosotros hemos cambiado. Todo lo material tiene origen en lo inmaterial”, apunta un optimista Sergio Fernández. Lo que pasa es que cuando cambiamos tarda un poco en hacerse visible. ¿Dónde mirar entonces? “Dentro, ahí es donde tenemos que encontrar las referencias para tomar las decisiones, desde nuestro amor a las cosas y no desde el miedo”, concluye.