El ciclo de conferencias que formaron parte de Coworking Spain Conference empezó con la mesa redonda “Ecosistemas emprendedores: Ciudades y Coworking”, en la que se abordó el impacto del coworking en los entornos de emprendedores. Durante la conversación, que estuvo moderada por Vanessa Sans, de Utopic_Us Barcelona, Joel Dullroy (Deskwanted Founder), Jaime Aranda (con fundador de workINcompany) y Artur Serra, (Barcelona Laboratori), conversaron también sobre cómo los espacios de coworking pueden ayudar a freelancers y autónomos en el desarrollo de su actividad, arrojando luz sobre nuevas perspectivas y modalidades de trabajo que están influyendo en la creación de modelos propicios para la colaboración abierta.
Con una actividad ligada a la investigación e Internet como plataformas de colaboración abierta, y en un contexto en el que buscar trabajo, según los parámetros tradicionales, no da resultado, Artur Serra fundó en 2007 Citilab, laboratorio ciudadano en el que desarrolla varios proyectos, entre los que destaca laborLab+, un living lab para la generación de nuevos trabajos, cuyo ideal recordó ante los asistentes: “Crea tu trabajo, no lo busques”. Una máxima alineada a el leit motiv de los distintos espacios de coworking en nuestro país. Desde el punto de vista de Artur Serra el movimiento aún está en una fase de crecimiento, y sería recomendable la existencia de un coworking lab que hiciera de nuestro país un perfecto laboratorio de coworking. No hay duda de que la colaboración no ha de limitarse a la coordinación entre coworkers, sino que debe llegar a los espacios, potenciándose la colaboración entre estos.
Joel Dullroy, co-fundador de Deskwanted.com y representante internacional del movimiento freelance de Alemania, comentó la situación de desventaja social en la que se encuentran los trabajadores autónomos; una clara situación de discriminación, sin respuesta por parte de los poderes políticos, que ha llevado a freelancers de muchos países a organizarse para reclamar una mejora en sus condiciones sociales. Y es que aunque los gobiernos hablan de la importancia de los emprendedores para salir de la crisis, no ofrecen soporte ni apoyo en términos de impuestos y medidas políticas. Para que un profesional pueda emprender necesita pagar sus facturas sin obsesionarse demasiado en ello: si éstas con altas (alquileres, tasas, impuestos…) no es posible poner en marcha ningún proyecto. Por esta razón y con el fin de obtener un mayor apoyo social, colectivos de trabajadores independientes están haciendo presión sobre los distintos gobiernos. Los espacios de coworking resultan de gran utilidad como punto de encuentro de estos profesionales, y juegan un papel clave para el desarrollo del movimiento entre freelancers al promover la colaboración entre coworkers.
Jaime Aranda, cofundador de workINcompany, señaló la dificultad del comienzo para cualquier espacio, un arranque que ha de basarse en una difusión y comunicación constante sobre los beneficios que supone el coworking. En este sentido, los gestores de espacios deben tener, en cierta medida, una vocación evangelizadora sobre filosofía colaborativa.
En su caso, y tratándose del primer espacio de coworking que se abrió en Andalucía, dar a conocer las características del movimiento así como las ventajas que podía proporcionar a los coworkers, fue su objetivo inicial. Para hacerlo organizaron una serie de encuentros con profesionales de distintos ámbitos y perfiles, en los que transmitieron el valor de la colaboración como principal reclamo del coworking. No obstante, no hay que perder de vista que algunos profesionales interesados en formar parte de la comunidad y convivir con otros freelancers y empresas no desean trabajar con nadie del centro, sobre todo en un principio, y no deben sentirse obligados a ello. Los espacios deben propiciar la atmósfera adecuada para favorecer el conocimiento mutuo y la cooperación, de forma que los coworkers sean conscientes de que se les ofrece una oportunidad para potenciar su desarrollo profesional y de negocio a través del intercambio de conocimiento y el trabajo en equipo, pero que son libres de colaborar o no hacerlo. De ahí que la diversidad de perfiles sea un aspecto a tener en cuenta. Y quizá sea esta heterogeneidad lo que marca la diferencia entre los centros de coworking, en los que la sinergia es pieza clave para el impulso de estructuras innovadoras, y otras organizaciones que han funcionado como “incubadoras” de nuevos proyectos aunque siguiendo otros parámetros, como es el caso de las asociaciones profesionales, las escuelas de negocio o los viveros de empresas.
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