Por Marcial Barrios, -Ciber de Canarias Coworking-.
Había una vez un grupo de artistas, emprendedores, formadores que no tenían recursos para montar su propio estudio o espacio de trabajo y decidieron reunirse con sus admiradores, colegas y posibles clientes en cafeterías, salas de estar de hoteles, plazas y cualquier lugar propicio para sacar adelante sus proyectos y cerrar un trato. También habían otros que renegaban salir de su propia casa, pero pasaban muchas horas en soledad y no podían compartir sus ideas ni pedir una opinión. Debido a todo lo anterior se creo una nueva forma de trabajo llamada coworking. Surgío en los Estados Unidos pero ha llegado a todas partes del mundo y al parecer cada día son más los que optan por esta tendencia de trabajo hasta llegar a considerar a la oficina una forma obsoleta de espacio de trabajo.
Para que el Coworking exista debe haber un espacio para poder desarrollarlo y este lugar espacial debe reunir una serie de estancias para poder servir de herramientas al coworker. Se debe contar con una Sala de Presentaciones aislada del resto de espacios donde se exponen los proyectos a los clientes o inversores, se imparten conferencias, seminarios y cursos. Debe estar equipada con medios tecnológicos: proyectores o pantallas, video grabador, ordenador, equipos de sonido, micrófono, pizarra y todo lo que se necesite para mostrar ideas y conocimientos. Después deben existir puestos de trabajo en diferentes areas pero que no obedezcan a la rigidez de la oficina deben estar diseminados pero que permitan interactuar con los demás y al mismo tiempo concentrarse en el propio trabajo. Equipados con ordenadores o sin ellos, impresoras, fax, teléfonos, internet y todos los medios de comunicación posibles.
Pero lo más importante de este espacio coworking es el espíritu de intercambio, solidaridad, respeto mutuo, tolerancia que hacen un un ambiente agradable y ameno que propicie la productividad.
