El coworking esta en auge. Ya tenemos muchos centros de coworking en España (somos el 3er país del mundo en el ranking de centros de coworking). Y a primera vista, el coworking parece una solución perfecta para las famosas startups, los freelancers, empresas pequeñas y emprendedores. Pueden unirse a un espacio compartiendo los gastos del entorno de trabajo, renunciar a la soledad de trabajar de forma aislada y colaborar con otros coworkers.
Pero hay muchas formas de coworking. La que más “ruido” hace o la que más defensores tiene es aquella que proclama la innovación y colaboración, que hace del coworking algo muy atractivo para este colectivo. Se basan en estudios de comportamientos que muestran que compartir y colaborar pueden facilitar la creatividad y la innovación en el puesto de trabajo. Por ello, tiene sentido que este colectivo le pueda sacar partida a trabajar en centros de coworking. Además, el trabajo colaborativo no significa rendirse y entregar la independencia y que se pierda la individualidad, pero si significa compartir recursos y espacio.
Este “movimiento” define las nuevas formas de trabajar como un cambio de ruta hacia una economía compartida. Para concretar más el coworking esta basado exclusivamente en compartir y colaborar, sean estos bienes, tiempo, experiencia, conocimiento, trabajo y vida.
Esto esta muy, muy bien. No obstante, hay que traducir esto en un espacio físico con los puestos de trabajo, las salas de reuniones formales, las áreas de reuniones o encuentros informales, etc. Esto no es nada fácil. Los mismo ya paso en la gran empresa cuando en los años 60 se inventaron el “Landschaftburö”; las oficinas ajardinadas o oficinas abiertas sin tabiques. El objetivo de este movimiento era que en los espacios abiertos se iba a comunicar y colaborar más y mejor y que el aprendizaje era favorable para todos. Pues los estudios han mostrado que esto es un mito, ya que ni la comunicación, colaboración ni el aprendizaje es mejor en espacios abiertos.
Si lo piensas bien, la comunicación es óptima en espacios cerrados y sin distracciones no deseadas. La colaboración es óptima en espacios cerrados y equipados para el tipo de colaboración que se esté buscando. El aprendizaje es mejor cuando está estructurado o cuando nosotros mismos podemos distinguir que información o datos son correctos y me sirven para aprender. Todas estas afirmaciones están respaldadas por estudios en todo tipo de espacios de trabajo.
Entonces, cómo se debe hacer. Otra tarea nada fácil. Pero lo que se debe intentar evitar es que la colaboración, comunicación y aprendizaje ocurra en los puestos de trabajo. El que está en esos momento trabajando en su puesto de trabajo puede sufrir una pérdida importante de productividad si a su lado están comunicando, colaborando y/o aprendiendo entre varios. ¿A caso compartir no impone también cierto respeto a los demás? Es imprescindible disponer de espacios adecuados para estas tareas como puede ser un área de sofás y/o butacas, una cocina, un espacio con mesas altas y taburetes, etc. Y que por supuesto este aislado físicamente del área de los puestos de trabajo. Es decir con un tabique ya que el ruido es el principal parámetro que afecta negativamente la productividad de las tareas individuales.
Nosotros, en workPlaza, defendemos esta forma de trabajar siempre que se cumpla con esa separación física. Pero hay una forma de trabajar que no se menciona y que a nosotros nos gusta mucho. Esta es la que promueve que el individuo (sea este autónomo, emprendedor o un empleado de una empresa) es el que decide Cuando, Cuanto y Donde va a trabajar. De otra manera, su trabajo estará donde esté el/ella. Esta forma de trabajar le proporciona un nivel muy alto de productividad.
¿Qué es la productividad?
Es el factor de la Eficiencia y la Efectividad. También conocido como “Que se debe hacer” (eficiencia) y “haces algo bien” (efectividad). La eficiencia se consigue cuando se puede ajustar los gastos al uso real del espacio. Esto hace que tener una mesa de trabajo asignada va muy en contra la filosófica de las nuevas formas de trabajar. Y la efectividad se consigue cuando se puede disponer de diferente tipo de espacios para las diferente actividades que se deben llevar a cabo (en puestos abiertos, semi-aislados y de concentración).
Hoy en día el colectivo de autónomos, freelancers y emprendedores trabajan en casa, en las oficinas de un cliente o incluso amigo, en sus viajes y en un centro de coworking. Es una libertad que ellos han elegido o que su profesión le ha impuesto. Entonces, el espacio que ellos eligen debe poder ofrecerle esta flexibilidad sin penalizarles en gastos fijos altos. Es la única forma para conseguir una eficiencia en tus aventura empresarial ajustando los gastos al máximo. Este tipo de profesional también se conoce como un trabajador nómada. Son cada vez más y es una tendencia que no va a desaparecer en el futuro.