30/8/2017

¿Cuáles son los errores más comunes cuando creas una startup?

By coworkingspain

El 2017 está siendo un buen año para las startups. En el primer semestre del año se ha contabilizado una inversión de 348M de euros entre 136 operaciones públicas, superando a los 327,8M de euros del 2016.

A pesar de este aumento en la financiación de las startups, podemos comprobar que estudios como el realizado por la aceleradora Conector afirman que, aproximadamente, el 90% de estas empresas desaparecen durante los 20 meses posteriores a su creación. ¿A qué se debe esto?

La consultora CB Insights, tras encuestar a 156 startups, nos da 20 motivos por los que estas empresas fracasan.

Un 42% de los emprendedores afirmaron que la razón por la cual no consiguieron perduran en el mercado fue por falta de demanda. Esta situación ocurre como resultado de un mal estudio previo del mercado y los clientes potenciales.

El segundo motivo que lleva a las startups al fracaso, es la insuficiencia económica. Un buen plan financiero podría evitar que te vieras en esta situación. Lo más importante a la hora de lanzar una empresa es administrar bien el dinero para que no tengas que ver tu cuenta a 0, para ello tendrás que conocer bien todos los costos de tu negocio y ver cómo vas a hacer frente a ellos, si por medio de financiación propia o ajena.
No contar con el equipo adecuado, tener una competencia más fuerte o problemas relacionados con los costos frente al precio del producto o servicio, se sitúan entre otras de las razones principales que llevan a estas empresas de nueva creación a desaparecer. Puedes ver otros muchos motivos en el gráfico de arriba.

Teniendo en cuenta este estudio y otros como por ejemplo el realizado por Startup Academy, he extraído los 5 principales fallos que cometen las startup en su creación.
 

No tener una estrategia

Un aspecto fundamental a la hora de conseguir llevar hacia al éxito a una startup es la creación de una estrategia fuerte y activa. Todo, o mejor dicho casi todo, debe estar pensado y previsto previamente, de esta forma no habrá lugar a equivocación.

Debes pensar en una estrategia de marketing, de distribución, de financiación, etc, antes del lanzamiento de la startup. También es cierto que no debes ser totalmente rígido en tus acciones y dejar un poco de flexibilidad a la hora de gestionar los problemas que vayan surgiendo, porque puede ser que se nos planteen situaciones inesperadas, obligándonos a realizar cambios en nuestra estrategia.
 

Exceso de optimismo

Siempre nos dicen que en esta vida hay que ser positivo para lograr alcanzar aquello que deseamos, pero el ámbito de los negocios hay que ser humilde y tener los pies en la tierra.

Si caemos en la trampa de que nuestro producto es el mejor y nos creamos unas expectativas muy altas, seguramente nos terminemos dando contra un muro y frustrándonos al ver que no se cumple aquello que teníamos pensado.

Muchos de los emprendedores que se encuentran con esta situación deciden abandonar el proyecto debido principalmente a la desmotivación que les produce ver que no logran alcanzar sus objetivos. Por eso, es recomendable fijar unos objetivos realistas de acuerdo a la realidad actual del mercado y a nuestra propia situación personal, es decir, nuestros recursos tanto económicos como humanos, de esta forma evitaremos problemas como este.
 

No compartir las ideas

Solemos pensar que si contamos nuestras ideas posiblemente alguien nos la robe, es un error tremendo. Si ya es difícil desarrollar una idea propia, imagínate desarrollar un negocio que no se te ha ocurrido a ti, es decir, nadie mejor que tú sabe que es lo que quieres vender y cómo venderlo.

Además el compartir una idea puede traerte más beneficios que problemas, porque pocas son las personas que van a intentar copiarte y muchas las que querrán ayudarte, y puede ser que encuentres a socios o inversionistas en el camino, o simplemente a emprendedores que te puedan guiar en el proceso y amplíen tus conocimientos.

No te calles y empieza a compartir esa maravillosa idea que te ronda la cabeza.
 

No ser conocedor de los últimos avances

Si ya desde el inicio no eres un entendido, que no un experto, en tecnología e informática, será mejor que estudies y te empapes un poco más antes de continuar desarrollando tu idea, este aspecto es fundamental.

De no estar enterado de los últimos avances tecnológicos, seguramente llegará otro que utilice tu idea y añada ese plus, dejando los procesos de tu startup obsoletos, así que no te limites solo a tener muchos recursos financieros o una buena estructura empresarial y piensa en la parte más innovadora y en cómo las tecnologías de vanguardia pueden adaptarse y ayudar a tu modelo de negocio.

Como ya he dicho no debes ser un experto, siempre hay profesionales que te podrán ayudar en este proceso, para escoger que camino debes seguir.
 

No contar con ayuda profesional
 

Continuando con el tema de la ayuda externa de profesionales, creo que es fundamental conocer nuestras limitaciones y saber delegar. Cuando somos los artífices de una idea, es muy difícil dejar que otros nos ayuden, ya que pensamos que nosotros lo vamos a hacer mejor. El dicho “el que mucho abarca poco aprieta” es cierto y puede ser que el hecho de querer llevarlo todo nosotros nos lleve al declive.

Un profesional, además de aportarnos su experiencia y brindarnos una mayor tranquilidad de que todo va a estar bien hecho, también va a aumentar nuestra rentabilidad, porque va a saber como usar nuestros recursos de una manera correcta. Seguramente nosotros llegaríamos al mismo punto pero tras malgastar más recursos, la experiencia es un grado y en este caso es fundamental para el éxito de nuestro negocio.