Los tiempos cambian. La forma de trabajar también. ¡Y la de vivir! De todo esto no nos cabe ninguna duda. No es de extrañar, por lo tanto, que, a las propuestas de nuevos entornos de trabajo, más flexibles y alineados con los nuevos tiempos, se sumen las de alojamientos y viviendas.
Entre estas nuevas fórmulas, y directamente relacionado con el coworking, está el coliving. Al igual que muchos profesionales independientes no tienen por qué estar sujetos a un espacio de trabajo determinado, algunos de ellos tampoco tienen que estarlo a un lugar de residencia. Es aquí donde el coliving ofrece una oportunidad única para aquellos espíritus inquietos que desean cambiar de entorno de forma habitual. Una de las iniciativas de coliving a destacar es Urban Campus, que además de contar con centros en los que los profesionales comparten su espacio de trabajo, gestiona también la residencia de muchos de ellos. De esta forma se fomenta una experiencia personal, vital y profesional enriquecedora entre los miembros de la comunidad.
Ana Martínez de Lizarrondo, Operations Manager de Urban Campus Madrid, partició en Coworking Spain Conference 2019 para hablarnos de lo que parece ser el siguiente paso en el sector del coworking, ligado al estilo de vida nómada digital.
INDIVIDUALISTA NO ES LO MISMO QUE SOLITARIO
Tendemos a ser más individualistas, pero esto no implica que queramos sentirnos solos. De hecho, precisamente las interacciones sociales constituyen ahora una parte de la vida muy necesaria y valiosa para todos. Nuestra vida personal y las relaciones que establecemos no solo son importantes desde un punto de vista emocional, sino que pueden tener un gran peso a la hora de animarnos e inspirarnos también en nuestro desarrollo profesional o creativo. Al fin y al cabo, si la meta es hacer de nuestra pasión nuestro medio de subsistencia, es lógico que ambas esferas de nuestra vida estén relacionadas y se alimenten entre sí. Y es precisamente ahí donde el concepto de coliving hace su principal aportación.
El diseño de las residencias de este tipo cambia respecto al de la vivienda familiar tradicional para orientarse a la configuración de espacios que eliminen obstáculos y nos permitan ser más eficientes en nuestro día a día. Por ello, se prima la funcionalidad máxima: así espacios generalmente “muertos”, como pasillos y halls, se eliminan para aprovechar al máximo los metros cuadrados disponibles. Y siempre se contempla la existencia de espacios abiertos en los que los habitantes del inmueble puedan trabajar de una forma cómoda si desean hacerlo in situ.
Pero sin duda, la premisa básica del coliving la encontramos ligada al estilo de vida del nómada digital, que demanda otro tipo de relación contractual con su lugar de residencia. Y es que, hoy por hoy, las leyes de alquiler no están pensadas para personas independientes cuyo trabajo les permita mantener un estilo de vida en el que los cambios de residencia sean frecuentes. Para ellos, los espacios de coliving resultan una opción perfecta, ya que les permiten moverte con más ligereza.
El equipo de Urban Campus gestiona espacios seleccionados y pensadas exclusivamente para colivers, a los que no se limita a ofrecerles un inmueble compartido, sino toda una experiencia vital, sin que los usuarios tengan que preocuparse por la relación con los propietarios. Para acceder al servicio, es suficiente solicitarlo y entrar así en el proceso de selección. Si la solicitud es aceptada, se pide una fianza de un mes (que es la estancia mínima obligatoria) para entrar a vivir, y no es necesario decir cuánto tiempo se prevé permanecer en la vivienda. Asimismo, para cancelar la suscripción y abandonar el espacio solo es necesario avisar con 30 días de antelación.
Aunque la estancia mínima obligatoria en Urban Campus es de un solo mes, la media de permanencia de los colivers está entre los 3 y 9 meses. La ocupación es del 95%, y el tiempo entre la solicitud y la entrada en el lugar de residencia suele rondar las tres semanas. Para agilizar el proceso de reserva y selección, algunas entrevistas o visitas se realizan de forma virtual.
VIVIR ES COMPARTIR
Pero aparte de la eficiencia espacial o de la mayor libertad que parecen dejar a sus ocupantes, los espacios de coliving contribuyen a que sus habitantes puedan desarrollarse personalmente siendo parte de una comunidad heterogénea e integrada por profesionales de distintas procedencias. En este sentido, cabe mencionar que en Urban Campus sí existe un primer filtro a la hora de seleccionar a los colivers: y es que no pueden ser estudiantes, sino profesionales con experiencia, ya que el objetivo es propiciar una atmósfera propicia para crear una comunidad entre profesionales independientes, alineada con otras actividades que se vayan planteando en los centros de coworking. Por último, cabe destacar que existe una política disciplinaria para gestionar los casos en los que alguien se salte las normas de la comunidad.
La vida en los espacios de coliving se esboza como una sucesión de momentos en los que esa separación entre la obligación y la pasión parece diluirse para dar lugar a una cotidianeidad tan enriquecedora como emocionante. Un día a día orientado al continuo crecimiento personal y profesional de los participantes. Buena prueba de ello son los casos que se han dado en Urban Campus y que Ana Martínez de Lizarrondo compartió en Coworking Spain Conference: alianzas profesionales exitosas, amistades intensas y definitivas, conexiones en distintos entornos geográficos o incluso relaciones amorosas que han terminado en boda son solo algunas de las historias emocionantes forjadas en sus espacios en los últimos 2 años.
*Post basado en la participación de Ana MARTÍNEZ DE LIZARRONDO en Coworking Conference 2019